Los modelos tecnológicos en la ganadería ovina de la Patagonia muestran un recorrido de pasado, presente y futuro. Hoy estamos en un punto de inflexión: necesitamos tomar decisiones en conjunto y acordar un rumbo claro, aprovechando las soluciones que ya existen.
La ganadería ovina comenzó en la Patagonia con la inmigración europea en la segunda mitad del siglo XIX. Fue la actividad económica que impulsó el poblamiento del territorio y la causa de los primeros asentamientos urbanos.
A fines de la década del 30, medio siglo más tarde, la totalidad del territorio patagónico estaba ocupado por productores ovinos. Entre 1930 y 1960 se alcanzaron los máximos stocks ganaderos y de producción de lana y carne.
Asociados a la producción primaria, surgieron durante ese período la industria frigorífica y la industria lanera, aunque esta última se instaló en el Polo Lanero de Trelew recién a partir de la década del 70.
¿Qué es un modelo tecnológico?
Un modelo tecnológico es un conjunto de prácticas, conocimientos y herramientas utilizados en forma conjunta para la producción. Caracterizan una forma de hacer las cosas.
Aunque pueden cambiar lentamente mediante la suma de prácticas individuales, es posible identificar asociaciones de prácticas con lógica interna coherente.
En la historia de la Patagonia encontramos tres grandes variantes:
– Tradicional
– TME (Tecnología de Manejo Extensivo)
– Regenerativo
El modelo Tradicional (T)
Fue el histórico de la Patagonia, resultado de la conjunción entre los conocimientos que traían los inmigrantes (escoceses, alemanes, galeses, españoles) y la experiencia en el ambiente de las estepas patagónicas.
Comenzó en el siglo XIX y fue el único modelo disponible hasta finales de la década de 1980.
Este modelo tuvo serios problemas de degradación ambiental y baja productividad, lo que dio origen a propuestas superadoras. Su lógica estaba centrada en mantener los stocks de ganado lo más altos posible (“llegar al número”), con poca atención a los índices productivos individuales.
Fue un modelo claramente extractivo y no sustentable. La mayoría de los productores que no pudieron corregirlo ya no están en producción.
Tecnología de Manejo Extensivo (TME)
Desde fines de los años 70 hasta fines de los 90 se desarrolló la TME, propuesta alternativa al modelo tradicional. Fue desarrollada por técnicos del INTA en la estepa patagónica (EEA Bariloche, EEA Chubut y EEA Santa Cruz).
A comienzos de 1990 la TME comenzó a aplicarse como modelo completo en Santa Cruz y Chubut, a través de profesionales privados, y en 2001 se publicó “Ganadería Sustentable en la Patagonia Austral”, documento de INTA que describe en detalle la TME y resume sus avances.
Este modelo buscaba resolver los problemas de desertificación y eficiencia productiva. Sin embargo, fue adoptado parcialmente: la esquila preparto tuvo amplia aceptación, pero las metodologías para manejo de pastizales y mejora genética tuvieron baja adopción.
Tras 25 años de aplicación:
– Muy pocos campos mostraron mejoras en el pastizal (solo algunos en la estepa magallánica, con cargas por debajo de la recomendación oficial).
– No existe ningún caso de aumento de carga animal desde 1990.
– No se conocen campos con Índice de Salud Ecológica mayor a 15 puntos al norte del Río Coyle.
Esto sugiere que la mayoría de los campos continuó degradándose, aunque a un ritmo más lento que los tradicionales.
La constante declinación de los stocks ovinos desde el lanzamiento de la TME demuestra que no fue suficiente para revertir la desertificación ni lograr rentabilidad sostenible.